Su silueta contrastaba con el amanecer que inundaba el paisaje. Estaba de espaldas, apoyada en la barandilla de la gran terraza. Miraba el mar tranquila y serena, pero en ocasiones cerraba los ojos para disfrutar todavía más de la sensación de ser la primera en ver salir el sol. Esta vez no me había esperado. Pero para sensación bonita la de admirar sus curvas, la miraba desde el salón, únicamente vestía una camiseta ancha, que le llegaba poco más abajo de sus caderas. Ladeo un poco la cabeza, sus piernas, más morenas que nunca, parecen un trampolín al paraíso. Y deseo quedarme ahí, en esa posición mirando su cuerpo de lejos toda la vida. Aunque con ella siempre es mejor cerca que lejos. Me acerco con mi respiración cómo único ruido y rodeo su cintura por detrás. No la veo, pero intuyo su sonrisa cuando, con fuerza, acaricia mis brazos y coloca su cabeza en mi hombro.
-Te parece bonito salir así a la terraza ?-digo en su oído , ríe suavemente y acaricia mis brazos, con una dulzura que casi no puedo describir.- si quieres provocar podrías haberlo hecho ya del todo...-con un rápido giro agarro fuerte su cintura para dejarla en frente de mí. Supongo que pierdo un poquito más la cordura en la sonrisa que me encuentro tan de cerca, y desconecto de todo en el instante que me reservo para mirarla. Anuda sus brazos en mi nuca y lentamente mis manos frías viajan por sus caderas haciendo que suelte un suspiro ahogado que la haga reír de nuevo.
- Buenos días cariño...- Cada palabra la dice un poquito más cerca de mi boca y a la última ya está en mis labios. Habré descrito mil besos suyos, mil bailes de su lengua y de la forma de sus labios en contacto con los míos. Habré hablado de cómo lleva su respiración al compás de cada roce o de cómo sonríe en mi boca haciéndome partícipe de semejante maravilla. Pero os juro que cada beso es distinto y mejor que el anterior. Sobretodo aquella mañana, cuando pasa más tiempo en mi boca de lo esperado. Y me derrito y acaba por faltarme el aire allí a su lado, aunque me sienta en el lugar con más calma del mundo. Pero eso es el amor, que te deje sin respiración y sea oxígeno al mismo tiempo.
-En qué pensabas ?-digo dejando un poco de espacio entre nuestras caras, tras el largo beso.
-En muchas cosas...-se encoje de hombros y una media sonrisa me hace ver que algo no va bien. Sabe que voy a decir algo pero se adelanta- mañana volvemos a Madrid y no sé...-ladea un poco la cabeza sin encontrar las palabras necesarias para explicarse.
-Que es lo qué no sabes ?- frunzo el ceño pero ella se vuelve a tomar su tiempo. Acaricio su cintura desnuda mientras mira al vacío con la horrible manía de quedarse callada cuando más tiene que decir.
-Hugo tengo miedo de qué nuestra felicidad se quede aquí...-suelta de repente. Y no puedo evitar que me entre la risa al escucharla. Y ella se echa un poco hacia atrás sin entender nada, pero es que es verdad. Podría contestarle mil cosas tras esa frase y cada una más bonita que la anterior, pero encuentro la adecuada al instante.
-La felicidad somos nosotros nena, tú y yo sin más...-acaricio su mejilla y se le tiene que escapar esa sonrisa tonta que habla más de mí que de ella- tú me lo dijiste un día, la felicidad no son lugares no ?-no la veo convencida, solo finge que lo está durante un momento y opto por la manera más fácil de calmar a alguien que quieres, sobretodo a ella. La abrazo. Un abrazo grande y suave a la vez. Y aunque al principio se sorprende por mi gesto, al segundo pone más ganas en él si cabe. Y me abraza como solo ella sabe hacerlo , sin ninguna prisa y con amor. Que al fin y al cabo es siempre su ingrediente secreto, para todo. Y le doy calma, esa calma que lo invade todo y que nos invade. Y si hace evidente cuando suelta un suspiro en mi hombro y acaricia con mimo mi nuca. Me mira antes de deshacerse de mis brazos y sonríe un poco.
- Sabes ? he estado pensado en muchas cosas, pero sobretodo en una...-levanto las cejas y ella se apoya de nuevo en el balcón, mira un segundo al mar y después hace lo mismo con mis ojos. Divertida, risueña pero serena.- amor es que...-muerde su labio inferior y la incertidumbre me invade por instante.- no quiero perder más el tiempo contigo Hugo, quiero verte al acostarme y al despertarme por las mañanas, quiero que estés en casa cuando llegue de un concierto y quiero esperarte con una copa de vino en el sofá, para contarte cómo me ha ido el día y...-tiene que hacer una pausa al ver que prácticamente se me para el corazón, aunque con ella eso suene a chiste. Aprovecha para acercarse de nuevo y poner sus manos en mi pecho.-quiero hacer el amor contigo sin que nos importe la hora que sea y que me prepares el desayuno por las mañanas, quiero que estemos solos tu y yo....-se para y toma aire para soltarlo riendo instantes después-me he explicado bien ?
-Malú me estás diciendo...-trago saliva antes de perderme en esos ojos que parecen eclipsar a un millón de estrellas-que quieres que vivamos juntos ?-asiente sin decir nada. Y le chispea la mirada y la sonrisa da un vuelco a todo solo por ser de ella.
-Amor quiero vivir contigo los trescientos sesenta y cinco días del año y de todas las formas posibles...-lo dice lentamente pero desprendiendo pasión a cada palabra. Y movida por una emoción que sólo ella sabe sacar se lanza a mi cuello y se anuda a él antes de besarme. Y nos reímos en medio del beso porque no nos lo creemos, o yo por lo menos. Eso de que si antes se me hacían cortos los días por eso de verla, ahora me van a hacer falta horas para vivirla. De todas las formas posibles.
Esa noche buscamos nuestra particular despedida de Barcelona. Ella se empeñaba en que nos quedasemos en la playa, cenando en frente del mar y despidiendo la casa cómo dios manda, ya me entendéis. Pero yo me opuse, quería pasar una noche especial y diferente por el centro de la ciudad condal, enseñarle cómo es Barcelona de noche. Reservé mesa en el restaurante de un conocido hotel del centro. Ella aceptó a regañadientes no le apetecía nada arreglarse, andar semidesnuda por el salón se había vuelto una costumbre ya. Pasó media hora pensando en el vestido que ponerse, media hora de reloj. Pero me daba un poco igual, yo disfrutaba viéndola vestirse y desvestirse cada cinco minutos.
-Este es el definitivo !!-gritó de espaldas desde el vestidor. Reí y me acomodé un poco más al borde de la cama, esperando para ver su particular desfile de modelos. Pero la risa se me atragantó cuándo la ví de frente con un vestido negro, con toques brillantes que le llegaba poco más arriba de sus rodillas. Pone una mano en su cintura y se viste con la más preciosa de las sonrisas- qué , estoy guapa ?- simplemente tomo mucho aire y la miro fijamente al escuchar la pregunta. Porque me quedo sin palabras, de dónde las saco ? Cómo le explico que es lo más bonito que puede llegar a serlo alguien y os juro, que me frustra no poder contárselo. Sonrío, porque siempre he pensado que mi sonrisa habla mejor que yo. Y cuando se trata de ella todavía más. Me acerco y agarro sus caderas con una mano y con la otra sostengo su rostro. Ríe por verme así., tan muerto por cada centímetro de ella.
-Mmmm cariño creo que me estoy empezando a replantear lo de quedarme en casa...-intento besarla pero se aparta corriendo y deja sus labios en mi mejilla, pero lo hace demasiado rápido como para que pueda notarlos.
-Ahora que ya me he vestido te aguantas...-dice buscando sus tacones, por el fondo del armario.
-Bueno puedo hacer un esfuerzo y desvestirte yo si quieres...-le guiño un ojo mientras camina de un lado a otro de la habitación buscando su maquillaje, encuentra su barra de labios rosa y comienza pintárselos con sumo cuidado.
- Si ? Pues por gracioso igual no me desvistes ni esta noche...-levanta las cejas y pone cara de ofendida al coger su bolso. Me apoyo en el marco de la puerta y se acerca sugerente , quedándose demasiado cerca de mi boca. Abre la suya y suelta ese aire que precede a sus besos y que sabe que me vuelve loco. Ese aire que sabes que durará un instante porque lo siguiente que notarás serán los labios de la otra persona. Pero ella siempre ha sido de romper esquemas y su suave risa es lo qué viene después .Supongo que esa suerte, sólo la tengo yo.
Caminamos por las calles de Barcelona, agarrados de la mano. Tiempo atrás quedan los momentos en los que nos escondíamos de todo y de todos. Creo que por eso ahora es cuando siento que lo nuestro va mejor que nunca, porque hemos evolucionado demasiado. Y me entran escalofríos al pensar que apenas ha pasado un año desde que la conocí en aquel estudio de Madrid, sin embargo parece que lleva conmigo toda la vida. Porque hay personas así aunque no lo creáís, que de alguna forma te marcan la existencia. Es un juego del destino que coloca en tu camino a gente que por arte de magia, o sin ella, influyen en tu vida hasta limites que creíais inimaginables.
Disfrutamos de una cena increíble en una de las últimas plantas del hotel, con unas vistas espectaculares. Todo Barcelona se levanta ante nosotros y la observamos desde la gran cristalera que tenemos delante.
-Mira allí a lo lejos, el Palau Sant Jordí...-está sentada en frente de mí acabando su copa de champán. En ese momento prefiero mirarla a ella que al paisaje. Le brillan los ojos de emoción y de ganas, y muerde su labio inferior como al final de un concierto, sin creerse lo que siente encima del escenario.
-Vuelves en Octubre no ?-esta demasiado embobada y no me mira, está concentrada.
-Si...-coge aire y sonríe timídamente, pero las ganas se le notan ya en la mirada- pero no era por eso por lo qué lo decía, no sabes por qué es especial ese lugar para nosotros ?- ahora sí, se gira y ladea la cabeza esperando mi respuesta. Os juro que busco por todos los rincones de mi mente pero no sé a qué se refiere.-allí fue dónde...-no le dejo terminar la frase.
-Sí, allí fue donde me dijiste por primera vez te quiero, no lo había olvidado...-se derrite por dentro al escuchar mi respuesta.- no te lo vas a creer pero aquel día me quitaste la palabra de la boca, iba a decirlo yo primero...-ríe y levanta una ceja sin apartar su mirada de la mía.
-Sabes ? yo no supe que te quería hasta ese momento...-hace una pausa mirando al vacío como intentando recordar- pero cuando me bajé de aquel escenario lo único que quería era verte y decírtelo, fue de esas cosas que sientes en ese instante y no puedes controlar...-Tras eso, sólo me quedan palabras para decirle cuanto la quiero, pero no me deja se levanta de la mesa y toma mi mano. Me adelanto y antes de que tire de mí con fuerza , pago la cuenta, entre risas. Me lleva hasta el ascensor y cuando creo que lo hace porque quiere llegar rápido a casa, pulsa el botón de la última planta.
-Qué haces ?-digo sorprendido intentando volver a pulsar el botón para bajar. Pero ella me frena ríendo.
-Tranquilo Hugo, qué tengo una idea...-vuelve a coger mi mano con más fuerza y las puertas del ascensor abriéndose , frenan por completo nuestro beso. Llegamos a un pequeño hall, con una gran puerta al fondo, camina decidida mirando hacia atrás con una sonrisa cada pocos pasos, la abre y tira de mí rápidamente. Lo primero que siento al salir, es frío, mucho frío. No veo nada porque en lo único que me fijo es en cómo camina, pero cuando levanto la vista veo a lo que se refería. La azotea es inmensa, parece que estemos en el puto cielo de Barcelona, iluminados únicamente por las luces de la ciudad. no hay nadie, el sitio está lleno para nosotros se separa un poco de mí y abre los brazos, tras ella una gran piscina hace todavía más mágico el lugar.
-Te gusta ?-dice sonriendo.- recuerdo este sitio, de una de las primeras veces que vine de gira a Barcelona, es increíble no ?- ríe todavía más y me mira. Y la miro, como no. No lo entiendo. No entiendo como puede causar todo lo que causa en mí, tantas cosas, así de repente solo por el hecho de verla así, tan ella, tan mágica. Como sonreír hasta olvidar por qué habías empezado a hacerlo. Eso resume mi vida con ella.
Me acerco y la rodeo con mis brazos, respiro hondo y susurro en su oído:
-Me gusta porque estás tú, Barcelona dejó de importarme ya hace rato...-suelta una leve risa en mi oído y muerde su labio inferior muy cerca de los míos.
-Ven, vamos...-tira de mí, baja unas pequeñas escaleras hasta el borde de la piscina. Mira hacia el agua y luego hacía mi, Queriendome decir con los ojos qué es lo proximo que le apetece hacer. Cuando voy a negarme rotundamente a su particular locura, pone un dedo en mi boca y con un "shh" me hace callar. Da un paso hacia atrás y se saca los tacones lanzándolos a un lado. Sus manos vuelven a su vestido y se lo desabrocha poco a poco, sin dejar de mirarme. Me mira y me mata. Aunque últimamente con ella estas dos cosas significan lo mismo. Deja caer la prenda de ropa a sus pies y mi respiración comienza a acelerarse y a pararse al mismo tiempo. Levanta una ceja y se ríe, cómo despreocupada, cómo viva, cómo siendo ella en cada instante que lo hace. Va a más. Continúa por su sujetador y pasando la lengua por sus labios, lo deja caer a la piscina. Trago saliva, el tiempo se me está haciendo eterno y su cuerpo empieza a quedarse pequeño para todos los besos que quiero dejar en él, en ese momento. No se para y se desnuda del todo, el calor en cada poro de mi piel es cada vez más y más intenso. Y cuando saca a pasear esa sonrisa de locura que solo usa para determinadas situaciones ya no puedo más.
-Te apetece un bañito mi amor ?-camina hacia mí y besa mi cuello. Demasiado bien como para que pueda resistirme. Un minuto después estoy desnudo con ella en la piscina. Me acerco a su boca, acaricio su pelo como alargando ese momento que precede a los besos y que en el fondo es siempre lo mejor. Sus labios son tan apetecibles. Con un primer intento me quedo a un centímetro de besarlos, porque se aparta con una sonrisa mordiendo los suyos. Pero al siguiente ya doy en el blanco, porque agarro su cintura y no encuentra escapatoria alguna. Esta vez es mi lengua la que marca el compás, bebo de ella, muero con ella, vivo con ella y todo lo qué se pueda hacer en un beso. Sus manos se agarran fuerte a mi nuca y siento su piel demasiado cerca, mojada y suave. Muerde mi labio inferior y juega con él un buen rato, su lengua divertida baja y baja más y más. Y no existe ningún limite en lo que hacemos. Porque aquella noche estoy un poquito más cerca del cielo de nuestra Barcelona. Más cerca del cielo en todos los sentidos.
Lo leo una y otra vez, me parece precioso. Menuda novela, cada día que pasa me engancho más y más. Deseando leer el próximo capítulo y disfrutar mucho de el. De verdad que a mi me aportas mucho con lo que escribes, haces que durante unos minutos deje todo de lado y me centre en leer. Gracias por escribir y esperemos que se haga el milagro esta noche, dormiría con una felicidad enorme jijiji :D
ResponderEliminarJo, de verdad que muchisimas gracias ! Comentarios como este me sacan una enorme sonrisa ! Gracias por disfrutarlo así !!
EliminarIncreible!!! empeze a leer la novela ayer y me he enganchado me he llegado a emocionar en algunos capitulos es increible como mientras lo lees te lo vas imaginando en la cabeza esperando con muchas ganas el siguiente capitulo
ResponderEliminarJajajajaja muchas gracias en serio!! De eso se trata de que os metais de lleno en la historia!! Un besazo
EliminarMuchas gracias a ti en serio por hacer estas cosas y nosotros podernos distraer un poco de los estudios que arte tienes para escribir por favor sigueme en twitter y avisame cada vez que subas un capitulo @iren_milanisima ;)
EliminarQue arte tienes mi arma
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