Vistas de página en total

miércoles, 26 de marzo de 2014

CAPITULO 40. TÚ, YO Y LA FELICIDAD.

Amaneció bonito. Por varias razones, supongo que la primera era que el sol bañaba ya todo el horizonte provocando una sensación de esas que hacen que mires con otros ojos el día. La segunda era la más obvia, ella. Volver a poder compartir los amaneceres, las tardes y las madrugadas con ella, aunque fuese de distinta manera, daba más sentido a cada una de las veinticuatro horas que tenían los días, aunque con ella parecían muchas menos.
A eso de las once Helena ya se había ido, a pesar de mis insistencias porque se quedase un día más, o los que ella quisiese. Repitió mil veces que tenía cosas que hacer pero yo sabía de sobra que se iba para no molestar. Mis sobrinos y yo ya estábamos en la playa desde mucho antes, estaba desierta por cierto, construíamos un castillo justo en la orilla que la marea se encargaba de borrarnos cada cierto tiempo. Pero eso les divertía, ser los primeros en reconstruirlo. Y es como cuando intentas arreglar algo que se ha roto en mil pedazos, el amor por ejemplo, pero esta roto. Y no entiendes como algo tan bonito puede estropearse tanto.
Levanto la vista de la arena unos segundos y la veo entrando en playa, a unos metros de nosotros. Lleva el bikini puesto y como comprendereis a mi me hace falta que alguien me reanime cuando veo su curvas después de tanto tiempo. El bikini azul celeste le hace la piel todavía más morena, resaltando todavía más  todos sus tatuajes, bueno, o casi todos. El viento remueve su larga melena ahora más oscura y de paso me remueve a mi por dentro también. Y cuando nos sonríe, entonces ya sí que lo rompe todo por completo y me doy cuenta de que me va a parecer preciosa aunque me rechace , me odie o me quiera.
-Tio Hugo qué miras ?- la voz de Pablo riendo me baja del cielo en el que estaba.
-Nada nada....-digo devolviéndo mi mirada hacia ellos. Él me mira muy poco convencido de mi respuesta, ya es bastante mayor y se va dando cuenta de las cosas.-y si nos vamos al agua ?-intento cambiar de tema. Malú está ya a nuestro lado cuando termino de hablar, Natalia se lanza a sus brazos rápidamente y entre risas. Ella se agacha para estrecharla fuertemente y besar su mejilla.-te apuntas a un bañito ?-digo aprovechando el momento. Me mira muy poco convencida pero termina por sonreír ante la insistencia de los niños.
Cinco minutos después estamos todos juntos jugando en el mar. Pablo está subido a mis hombros y Natalia a los de Malú. Se salpican entre ellos hasta que uno de los dos termina por caer al agua. No existe mejor combinación que esa. El mar, el sol, y las personas que quiero. Porque al final el mundo parece girar más rápido en esos momentos. Y sólo existe el aquí y el ahora, y sus sonrisas en contraste con el agua clara. Y sus risas mezcladas con el ruido de las olas.
-Te ha sentado muy bien el verano....-dice con el agua por los hombros, mientras los niños juegan en la orilla de nuevo. La miro frunciendo el ceño y una sonrisa tonta se pinta en sus labios- si ya sabes...estás más....-gesticula con las manos sin decir nada, pero no hace falta, ya la he entendido.
-Bueno no puedo decir lo mismo de ti...-digo intentando que la risa no se me escape. Abre la boca muy ofendida y antes de que pueda rectificar me salpica a quemarropa. No me muevo, dejo que me moje todavía más y cuando termina abro los ojos.- te vas a arrepentir....-avanzo un poco hacia ella y mi mirada ya lo dice todo.
-Hugo ni se te ocurra, ya no tienes tres años eh...-retrocede un poco y me lo dice todo lo seria que puede.
-Ah y me lo dices tú ?- quiere contestar de nuevo pero lo único que suelta es un chillido. Agarro sus manos y la hundo conmigo hasta el fondo sin que le de  tiempo a coger aire. Salimos segundos después con nuestros cuerpos pegados. Inspira fuertemente y se pasa una mano por el pelo- en realidad estás preciosa boba...-el golpe que recibo tras esa frase es tan brutal que tengo que separarme. Pero no pasa nada, ha valido demasiado la pena.
-Sigues siendo el mismo gracioso de siempre eh...-dice irónicamente. La sonrisa que saca con esa frase ,hace que la mía se convierta en risa rápidamente.
-Yo es que no he cambiado, ya lo sabes...-mi frase tiene doble sentido y ella lo sabe. Me mira y nos miramos, no estudiamos con la mirada, intentamos leer la mente del otro. Y aunque mi sonrisa lo diga todo ya, su mente siempre ha sido una fortaleza inexpugnable. Niega con la cabeza y se zambulle en el agua de nuevo entre risas, hago lo mismo y echo un poco la cabeza hacia atrás, dejándome llevar por el mar. El sol me da directamente en la cara. Me rio sólo porque me doy cuenta de que los días de verano son mejores así, cuando el sol no es lo único que calienta.
Pasamos el resto de la mañana y de la tarde con los niños, pero mi hermano los recoge ya pasadas las nueve, tienen que volver ya a la ciudad. No quieren irse por nada del mundo y eso se nota. Malú les ha cogido mucho cariño en apenas un día y les promete que nos veremos todos de nuevo muy pronto. Es irónico, parece la despedida de uno de sus conciertos. Acaban por marcharse entre besos, abrazos y algún que otro llanto por parte de la pequeña Natalia. Los voy a echar demasiado de menos, pero respiro un tanto aliviado cuando cierro la puerta tras su paso, por fin solos.
Los días pasan, básicamente en la playa. Volvemos a recuperar esa confianza que creíamos perdida y esos momentos incómodos terminan por irse del todo. En este tiempo recupero todo, me recupero. Porque siempre te dicen que el tiempo cura y por eso había intentado alejarme de todo durante aquellos meses. Pero lo que no te dicen es que no todo el tiempo lo hace, sino sólo aquel que pasas al lado de alguien. Y para que engañarnos , el tiempo cura, pero no borra nada y esos cuatro meses no borraron nada de lo que un día sentí.
-Preparado para saltar ?- me mira levantando las cejas. El sol está en todo lo alto aquella tarde y nosotros también. El acantilado en el que estamos subidos no es demasiado alto, pero tirarse al agua desde allí impresiona un poco. La miro aunque el sol me ciega un poco. Tiene esa sonrisa de ilusión pintada en la cara , eso si que impresiona, y es que me entra vértigo cada vez que la veo tan guapa.- no me digas que tienes miedo ?
-Miedo yo ? Tú me has visto bien ?- suelta una carcajada y se acerca un poco más al borde de la roca ignorándome por completo.
-Venga Hugo que me muero de ganas...-antes de que pueda decir nada, toma mi mano con fuerza. Y me quedo tan sorprendido de qué lo haga que ni si quiera puedo seguir su cuenta atrás antes de qué saltemos juntos.Suelta un grito de emoción mientras estamos en el aire, y a mi me da tiempo a mirarla en apenas un instante. Un instante minúsculo, pero no necesito más. Se la ve tan feliz , tan de verdad. Y la miro y llego a la mortal conclusión de que seguiría queriéndola aunque se olvidase de mi nombre. E inevitablemente sigo pensando en ella cuándo el impacto contra el agua se hace más que evidente. Pero tenía razón, ha valido la pena saltar. Cuando sale del fondo del mar lleva otra sonrisa puesta e inspira rápidamente para tomar aire-ves cómo no pasaba nada ?
-Por eso has cogido mi mano antes de saltar ?- levanto las cejas inquisitivamente y ella frunce el ceño al escuchar mi pregunta. Tarda un poco en pensar la respuesta, quizás demasiado.
-Era más divertido así idiota....cómo en las películas no ?-ríe y ladea un poco la cabeza para mirarme, no hago ningún movimiento, sólo me quedo callado- en el fondo te ha encantado, así que no me mires así...-tras decir esto se aleja nadando hasta conseguir subirse a una roca y yo voy detrás- una carrerita hasta la playa ?-dice recuperando el aliento. Antes de qué pueda darme cuenta estamos corriendo cómo locos sendero abajo, entre gritos y risas. Ella es la primera en llegar, por supuesto, y salta por la arena eufórica. Y yo, como comprendéreis sólo puedo sonreír al verla así. Se hace de noche y todavía seguimos ahí. Estamos tumbados el uno al lado del otro mirando las estrellas, las horas han pasado sin que nos demos cuenta. Aún lleva puesto su bikini y yo tengo que hacer un esfuerzo tremendo para no girarme a admirar su cuerpo. Estamos callados, sólo pensamos, no sé si está contando estrellas o sólo imagina cosas que le gustaría que pasasen, cómo hacemos todos en esos momentos.
-Puedo preguntarte algo ?-digo rompiendo el silencio. No nos movemos pero la noto asentir con la cabeza - eres ahora feliz ?- su respiración parece interrumpirse durante al menos un instante.
-Si...lo soy- suelta una leve risa que acompaña con un suspiro de felicidad, y nunca mejor dicho. Volvemos los dos a contar estrellas durante un buen rato.
-Sabes ?-digo tragando saliva- Me he dado cuenta de una cosa durante estas tres semanas, bueno en realidad creo que siempre lo he sabido...-digo mirándola directamente y ella hace lo mismo, mueve la cabeza esperando a que me explique- odias la soledad.-no se sorprende al escucharme y afortunadamente su mirada permanece clavada en mí a pesar de todo.
-Cómo todo el mundo no ?-dice con una sonrisa sin entender nada. Yo niego inmediatamente con la cabeza.
-No no....-me acerco un poco más a ella- odias la soledad pero te alejas cuando alguien se acerca....-sus ojos comienzan a brillar demasiado tras esa frase- porque tienes miedo...
-Creo que ya dejé claro hace tiempo que mis miedos se habían ido....-pasa la lengua mojando su labio superior y añade algo más- y tú deberías saberlo de sobra no ?- no puedo evitar sonreír un segundo al recordar aquellos momentos.
-No me refiero a eso...-pienso cómo explicarme pero lo tengo ya bastante claro, siempre lo he tenido-tienes miedo de ser una de esas personas a las qué nadie sabe querer...-tras esas palabras no dice nada, solo devuelve su mirada hacia el cielo. Pasan los minutos y solo se escucha su respiración en toda playa. Y yo empiezo a temer que se haya enfadado, y durante esos minutos que se me hacen eternos se me pasan mil cosas por la cabeza, demasiadas cómo para poder explicarlas.
-Dios Hugo...-su voz suena un poco rota y el corazón se me encoge por momentos. Ahora es ella la que se acerca un poco hacia mí y me mira a los ojos- cómo has conseguido siempre entenderme tan bien ? -sé la respuesta a esa pregunta. La sé de sobra pero el problema es que quizás he olvidado a decir algunas cosas en voz alta. Y creerme que esta vez no es orgullo lo que me frena, si no el miedo. Y entonces me pregunto si ella también echará de menos o si habrá olvidado. Pero no me da tiempo a preguntárselo, porque se levanta rápidamente y camina hacia la orilla- ven...-dice muy bajito. La sigo sin pensar en lo que hago, movido por un extraño instinto que solo ella me produce. Se mete en el mar y yo ando más rápido hasta ponerme a su altura. El agua está caliente aún a estas horas de la noche, me paro en seco solo para verla caminar por el agua y cuando se gira para mirarme, me sumerjo mojando mi cabeza hasta quedarme muy cerca de ella.
-Tanto te gusta hacer estás locuras ?-digo con una tímida risa. Pero ella me mira seria, cómo si quisiese matarme. Pero sólo lo hace cuando segundos después se le escapa una sonrisa.
-Hugo...-dice acercándose un poco más a mi- te acuerdas lo qué te dije cuándo accedí a quedarme ?-asiento tranquilo-qué  aunque yo encontrase la felicidad si en algún momento se nos ocurría volver sería lo peor para los dos ?-trago saliva y vuelvo a afirmar con la cabeza- pues bien....-toma aire antes de continuar- hay un problema...-ni si quiera me atrevo a hablar pero hago un esfuerzo para hacerlo.
-Qué problema ?-ladeo un poco la cabeza intentando con todas mis fuerzas que me mire a los ojos.Y lo hace.
-Que quién me hace feliz eres tú -la voz se le rompe en mil pedazos cuando dice esas palabras. Y a mí cuerpo le pasa lo mismo, me rompe demasiado y me cura a la vez. Es una sensación difícil de explicar- y ya no sé qué hacer con esto...-una lágrima se asoma ya al borde de sus ojos-porque lo he intentado todo, he intentado olvidarte desde que me dejaste tirada aquel día...-sigue mirándome a los ojos mientras mi cuerpo tiembla por todo lo que escucho- y creo que lo sigo intentando a día de hoy pero estoy cansada...-el agua que le llega un poco por encima del ombligo se mueve a cada sonido que sale de su boca- estoy cansada de dejar de sentir algo que ya estoy sintiendo...-espera a que yo diga algo pero me he quedado demasiado perdido en sus palabras.
-Malú es que para qué engañarnos ?-digo caminando un poco más hacia ella, el mar se me hace demasiado grande- yo ya no sé hacer otra cosa que no sea quererte y créeme que también lo intentado pero no sé -mis manos están ya rozando las suyas- porque todo lo que me pasa eres tú y lo que me hace feliz es quererte..-nuestros dedos se entrelazan y casi respiramos al compás- y ya me importa una mierda el pasado porque no quiero ni presente ni futuro si no es contigo -no os imagínais lo bien que me siento tras esas palabras. Pero espero que reaccione y espero y vuelvo a esperar. Pero se ha quedado callada mirándome y yo ya no sé a que dedicar el tiempo si no es allí, con ella. Y mis manos mojadas, irremediablemente se van a su cintura y aún bajo el agua acaricio esas curvas que tanto extrañé. Aún sigue callada, pero no me hace falta que diga nada, yo sigo a lo mío. Tiro de ella un poco más hacia mí, nuestros cuerpos se rozan y sus brazos se apoyan en los míos. No tengo prisa ninguna porque sé que la vida se ha parado para los dos en ese instante y que se vuelva a poner en marcha cuando quiera. Y mira mi boca mientras se muerde su labio inferior sin darse apenas cuenta. Nos acercamos lentamente el uno al otro cómo atraídos por la misma fuerza gravitacional y cuando estamos ya a distancia de beso, abre la boca para soltar el susurro más bonito que he escuchado en mi vida.
-Hugo...
- Si ?-digo haciéndo un esfuerzo por aguantar las ganas que le tengo a sus labios. Sonríe un poco y se acerca todavía más a mi boca sin dejar de mirarme a los ojos.
-Parece que lleve esperando ese te quiero toda la vida...-soltamos los dos una leve risa que se mezcla en la boca del otro. Porque la beso, la beso cómo nunca he besado a nadie y cómo nunca besaré. Porque los labios a los que un día decidí irme a vivir parecen más bonitos que nunca. Y nos besamos , despacio y lentamente. Y su lengua vuelve a recorrer mi boca , cómo si nunca hubiese dejado de hacerlo. Cuando me quiero dar cuenta sus manos están ya en mi nuca cómo tantas veces. No hay espacio apenas entre nuestros cuerpos mojados y el agua parece pasar a un segundo plano. Mis dedos se pierden en su pelo al compás de los suyos en mi cuello. Y parece que todo lo que hemos roto con palabras se arregla cuando nos besamos. Entonces me doy cuenta. La felicidad son esos centímetros que ya no hay entre nosotros. Y creerme que me voy a ocupar de borrarlos todas las veces que haga falta. Toda la vida quizás.

7 comentarios:

  1. ¡Bien! al fin lo que tanto estaba esperando. Que cosa más bonita eh, me encanta y cada día que pasa me gusta más. Gracias por subir otro capítulo, ya hoy me duermo feliz y con ganas de más jijiji :D

    ResponderEliminar
  2. Oooooooooh! Bravo bravo bravo, precioso :')
    Un 10 genia!

    ResponderEliminar
  3. Tremendo!! Brutal!! El día que termines con esta novela, creo que todos nos sentiremos un poco huérfanos por las noches... Qué manera de transmitir, enhorabuena!! Y ya no se si pedirte que no tardes en subir otro, porque cuanto más rápidos los subas, antes terminarán estas aventuras nocturnas para mi...

    ResponderEliminar
  4. Al llegar a mi casa por la noche lo primero que hago es mirar si publicaste capítulo y lo leo justo antes de dormir "ES LO MEJOR" jijiji, espero con muchas ganas que subas algo hoy :D

    ResponderEliminar
  5. No dejes de subir hoy, lo estoy esperando con muchas ganas.

    ResponderEliminar
  6. Sube algo por dios xD

    ResponderEliminar
  7. Jo, esta noche me quedé sin leer :/ "QUIERO MÁS" espero que no tardes mucho.

    ResponderEliminar