Un día de aquel febrero, que llegó entre frío y más frío, nosotros nos escondimos en la cama de nuestro ático de Madrid. Entre caricias, besos... y solo besos.
-¿Te quedas a cenar? Porque deberíamos levantarnos a hacer la cena...-susurró entre sonrisas mientras me besaba en los labios con una dulzura extrema.
-No te preocupes...-contesté avanzando de su boca, a su cuello, a sus clavículas y a donde ella me dejase- podemos pedir la cena...
Se ríe. Mis labios siguen su avance. Y cierra los ojos mientras me tumbo sobre ella y sigo a lo mío. Apoya la cabeza en la almohada y respira cada vez más rápido. No sé qué estoy haciendo porque me estoy dejando llevar demasiado. La huelo, le rozo la piel con los labios y acaricio sus piernas. Estoy ya besando el borde de su escote, y creo que tengo tanto calor en el cuerpo que mi velocidad no es la adecuada.
-Hugo...-susurra echándose un poco hacia un lado.
No la escucho. Mis dedos avanzan hasta el borde de su vientre. Decididos, seductores. Le desabrocho el pantalón.
-Hugo para -vuelve a repetir con un tono más serio y me empuja con las manos el pecho para que me aparte de ella.
-Déjate llevar...-le pido mientras le beso en la boca con pasión. No me niega el beso al principio, pero tan pronto como mi lengua le recorre la boca, se echa a un lado y me aparta con brusquedad.
-Te he dicho que pares, ¿No me escuchas? -alza la voz y mantiene el gesto serio.
-Nena, siempre igual,...-le reprocho mientras golpeo el colchón con el cojín que me queda más cerca.
Me separo de ella y me tumbo a su lado dejando una distancia razonable. Se me queda mirando con el ceño fruncido y de brazos cruzados.
-Pensé que ir despacio no suponía ningún impedimento para ti -dice en un tono de voz demasiado brusco para mi gusto.
-Y no lo es...-contesto poniéndome la camiseta- pero joder, es que no sé hasta cuando va a durar esto, llevamos ya dos meses así.
-Ah, así que es eso -asiente exageradamente con la cabeza- no puedes mantener una relación sin sexo.
Suelto una carcajada. Ella está tan tensa que se ha incorporado y se ha sentado sobre la cama casi frente a mí.
-Creo que es bastante obvio que mi forma de quererte va más allá del sexo-contesto muy serio. Le sorprende mi respuesta y traga saliva bajando la mirada.
Suspira lentamente y se acerca un poco más a mí, que sigo apoyado sobre el cabezal. Miro al frente. Muy serio, aprieto un poco los puños y respiro cabreado.
-Lo siento, no debería haber dicho eso..,-admite y yo no contesto- amor, habláme.
No aparta la mirada. De hecho parece querer matarme con ella. En el buen sentido de la frase. Respira más relajada y yo no entiendo que saque esa calma cuando yo no la tengo.
-Te prometo que me decidiré pronto -dice con una pizca de miedo- solo dame un poquito más de tiempo, solo te pido eso.
Me ha mirado demasiado bonito, lo reconozco. Con los ojos llenos de algo que no sabría describiros, pero que me gusta. Y esa caricia que me ha hecho en el hombro mientras lo decía, también ha ayudado.
-Tiempo contigo me va a sobrar.-sonrío dando por finalizada la discusión.Suspira aliviada y me besa dulcemente.- pero decídete rápido ¿Vale? , esta empezando a desesperarme no poder besarte más allá de la ropa -digo en tono burlón.
Se ríe. Y vuelve a reír. Y me besa. Dulce y tiernamente. Como es ella.
-Venga, ¿Qué quieres cenar? -pregunto olvidando lo de antes.
-No sé, no me apetece cocinar...-dice con una divertida voz, se tumba en la cama y se tapa la cabeza con la almohada.
-¿Pedimos una pizza? -sugiero levantando las cejas y acariciando su pelo.
Su sonrisa es instantánea. Se muerde el labio y me besa la mejilla.
-Tú sí que sabes cómo enamorar a una mujer...-asiente entre risas con completo acento andaluz y me levanto de la cama en busca de mi móvil.- Hugo, hay una cosa que...-dice esta vez más seria.
-¿Qué? -pregunto sin perder la sonrisa.
Me mira. Y parece debastirse por dentro cuando lo hace. Pero termina por sonreír también y negar con la cabeza escondiendo la mirada.
-Nada, olvídalo...-salta de la cama y me acaricia el pelo de paso- voy a por un par de cervezas, ¿Vale?
Asiento de inmediato y la veo salir de la habitación. Me ha dejado descolocado. Pero me apetece tan poco pensar cuando se trata de ella, que suspiro haciendo como si nada. Solo por lo increíblemente sexy que me parece, cuando me dice que va a traer un par de cervezas y luego veo a su culo y sus piernas bajar las escaleras con unas maneras que me vuelven loco. Lo normal vamos.
Las horas pasaron aquella noche. Entre bocados de pizzas en la cama, cerveza, la música de fondo y las conversaciones, que con ella resultaban siempre tentadoras. Era una persona especial en cuanto a eso, podía hablar de cualquier tema, lo conociese o no. Le bastaba con sonreír, asentir e inventarse alguna cosa, que con ella siempre parecía convincente.
-¿Te apetece algo de postre? -pregunta interrumpiendo su risa. Sonríe y se moja los labios, se coloca bien el moño y vuelve a insistir- ¿Y bien? ¿Quieres algo o no?
Me muerdo el labio y me quedo quieto delante de ella, me mira con curiosidad, estamos muy cerca.
-¿Qué pasa?
-Pasa que eres increíblemente preciosa -asiento como si acabase de ver lo nunca visto.
-¿Y..?
Y...no puede decir nada, ni si quiera en ese momento.
-Y quiero besarte.
No le doy tiempo a añadir más, tiro de su brazo y la estrecho con fuerza aún tumbados en la cama, la beso apasionadamente un largo rato, casi cortándole la respiración, como si fuera un beso desesperado, como si yo supiese que algo iba a pasar. O quizás solo estaba siendo tremendamente ingenuo y feliz. No lo sé, pero me empuja un poco hacia atrás y me besa de nuevo.
Se estira tanto hacia delante, que su jersey holgado se le baja demasiado y cuando abro los ojos tras el beso, me encuentro sus pechos muy de frente.
-Tápate te lo pido por favor -respiro y cierro los ojos.
Estalla en carcajadas y se sube el jersey rápidamente.
-Lo siento, lo siento...-se disculpa y le da un trago a su botellín de cerveza.- ¿Sabes? en el fondo me gusta un poco este rollito, me encanta verte así...-levanta las cejas con picardía y sonríe.
-¿Así cómo? -pregunto frunciendo los labios.
-Con ganas de arrancarme la ropa, no sé -se encoge de hombros- es...sexy.
En la siguiente carcajada la beso de nuevo. Y esta vez pega los labios a los míos durante un largo instante antes de separarlos. Y cuando lo hace me mira, suspira y esconde los ojos mirando hacia abajo. Es como si algo en el ambiente hubiese cambiado, me suelta la mano y creo que el corazón se le acelera demasiado.
-Lo siento -musita.
-¿Qué? ¿Por qué ? -es complicado que se me borre la sonrisa tras ese beso, pero ocurre.
-Porque...-se aclara la voz- hay una cosa que no te he dicho...-Se pone totalmente seria y a mí se me encoge el corazón.- y necesito que sepas, que lo que voy a decirte, no cambia absolutamente nada.
Asiento frente a sus ojos por inercia más que por otra cosa. Porque el miedo ya se me ha colado por las venas.
-Tengo un viaje de unas cuantas semanas, para varios proyectos...-dice mientras junta las palmas de las manos y me mira- me voy el martes que viene.
Para mí, el mundo empieza a caerse encima poco a poco.
-¿Cuánto es unas semanas? -es lo único que puedo pronunciar.
-Un mes y medio, quizás más -susurra con miedo.
-¿Desde cuando lo sabes? -pregunto tratando de no perder los nervios.
-Eso no importa -contesta temblorosa.
-Te he preguntado que desde cuando lo sabes.
-Desde antes de Navidades...-dice muy bajito. Estoy cabreado. Mucho. Empiezo a no pensar con claridad.-pero Hugo, de verdad que este viaje no tiene por qué suponer nada, son solo un par de meses...
-¿Por qué no me lo dijiste cuando decidimos volver? -pregunto ignorándola por completo.
-No quería estropear las cosas en ese momento -se pasa las manos por el pelo, nerviosa- fue un error, lo sé.-admite sincera.
No digo nada. Me siento al borde del colchón y escondo la cara entre las manos. Estiro mi espalda hacia delante y espero a que todo sea una broma. A que me abrace la espalda y me diga que no, que no se marcha a ningún lado. Pero no es así. Se queda quieta. No hace nada.
-No puedo más...-alzo un poco la voz, lo suficiente cómo para que me escuche- lo siento pero no puedo más.
-¿Qué? -dice mientras me ve levantarme- cariño...
- No soporto más esto, estoy harto.-busco mi chaqueta por la habitación sin ni siquiera mirarla.
-Hugo, hace un rato has dicho que no te importaba darme tiempo....-salta de la cama y camina hacia mí muy nerviosa, pero se para manteniendo la calma- no entiendo qué ha cambiado ahora.
-Que me desespera no saber hacia donde estamos yendo. Se supone que íbamos a ir poco a poco, para que los dos volvíesemos a sentir lo mismo. -la miro a los ojos, le brillan.- y yo lo siento, joder yo lo siento desde el primer día y cada vez más. -grito- pero tú, no sé qué cojones sientes tú, ¡Porque no te entiendo! , créeme que lo intento pero eres tan indescifrable, que me destroza la cabeza.
-Calmáte -dice simplemente, moderando su tono de voz, impasible.
-No, no me da la gana calmarme -grito- ¿No entiendes lo difícil que es para mí esto?
-¿Y te crees que para mí no? -chilla frente a mi cara- ¿Crees que me gusta vivir sin saber lo que siento o no por alguien? -suelta el alma en gritos en ese instante-pero Hugo es que no lo sé, es complicado...-se pasa una mano por la frente.
-¿Qué no sabes? -agarro su brazo con fuerza- siéntate ahí y dime qué es lo que no sabes. -la miro a los ojos- solo se trata de sentir o no sentir, tampoco es tan jodidamente difícil.
-¿Podrías por favor no gritar? -dice empujándome un poco.- Hugo te lo he explicado mil veces, no sé qué siento por ti, no lo sé joder.
-¿No lo sabes o no lo quieres saber? ¿Te da miedo pensar que no me quieres? -ladeo la cabeza y entrecierro los ojos tratando de juntar los cachos del puzzle.- Malú responde, ¿Es eso?
-Hugo no lo sé...-se deja caer sobre el borde de la cama y se seca las primeras lágrimas.
-A mí no me da ningún miedo y necesito que me lo digas -me arrodillo frente a ella y sujeto su mano.- cielo, por favor sé sincera.
-Hugo yo...-empieza a ahogarse en el llanto- yo te quiero, claro que te quiero.
Cuando dice eso me revuelvo por dentro. Pero creo que nunca he llegado a comprender la complejidad que existe en un simple te quiero. Y con ella menos.
-¿Entonces? -pregunto obligándola a que me mire.
-Tengo un nudo -contesta- tengo un nudo de sentimientos y me da miedo mirar hacia dentro para resolverlo.-admite- y tengo miedo de...-toma aire, desconsolada- de que nunca más podamos estar juntos y sea por mi culpa.
Bajo la cabeza. Y creo que comienzo a llorar yo también, no lo sé. Si supieseis lo que me duele el pecho en ese instante. Lo que me pesa el mundo y el instante.
-Es que...-me llevo las manos a la cabeza y la miro como si en ese momento estuviese loca- tú no sabes quedarte, llegas, desordenas mi vida y te vas -reprocho calmado, la rabia va por dentro.-lo tuyo no es amor, es turismo emocional.
-¿Qué quieres que te diga? -dice secándose las lágrimas.- siento más que nada en el mundo todo esto, pero no sé qué más hacer...-Resoplo y cojo mis cosas. Levanta la mirada de inmediato.- ¿A dónde vas?
-Mira Malú -tiro de su mano, la sujeto con fuerza, y clavo mis ojos en los suyos.- te quiero, me duele más de lo que me ha dolido cualquier otra cosa en mi vida, pero te quiero. -digo con la claridad más absoluta que encuentro en ese instante- pero tú no. O sí, pero no lo sabes.- estiro la mano y le seco las lágrimas que le llegan hasta labios- y creo que lo mejor es que lo averigües sin mí y si algún día lo sientes, estaré encantado de que me llames.
-No quiero que te vayas...-susurra.
-Es lo mejor para los dos.-me muerdo los labios con rabia- siento haber intentado forzar las cosas, ha sido t culpa mía.
Tras esas palabras no aguanta más y me abraza. Creo que no siento tanto un abrazo como ese, en mi vida. Me rompo, me destrozo y me pierdo en cada instante, en el que sus brazos me rodean con fuerza. Llora, llora con una rabia indescriptible. He pasado situaciones y situaciones con ella, pero como la de aquella noche, ninguna.
-¿Me haces un favor? -dice en mi oído- si algún día me echas demasiado de menos, búscame ¿Vale? -haced una media sonrisa- sea cuando sea y en el lugar que sea, búscame.
Asiento con tristeza. Tengo que marcharme, casi no puedo respirar. Beso su frente y tras acariciar su mejilla, me voy. Suena difícil, brusco o precipitado, pero me voy. Y ya no me siento tan roto como las últimas veces, porque esta vez entiendo por qué me marcho.
Es difícil saberlo a ciencia cierta, pero supongo que los momentos importantes entre dos personas surgen cuando se empiezan a decir las verdades, sin miedo a que duelan. Sin miedo a romperse.
Dios!! Que tristeza, me has echo llorar!!!! :'( SUBE EL SIGUIENTE!!! No quiero que se separen! Que vuelvan a estar juntos!!! O al menos que sean muy amigos!! Pero por favor, que se hablen.
ResponderEliminarAaaay diooooos que penitaa jooo... No quiero que se separen por favor no quierooooo jajajaja sube rapiditoo pliiiis...
ResponderEliminarPor diossss k no se separen.A mi me va a dar algooo jajajj.Te lo ruego te lo imploro te lo suplico sube pronto porfavor jajaaj....
ResponderEliminarDIOSS!!!!!! me ha hecho lllorar, porfavor no tardes en subir otro que si no me muerooo!!!
ResponderEliminarSIGUE ASII!!!
Sube pronto porfa!!
ResponderEliminar