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jueves, 17 de julio de 2014

CAPÍTULO 63. ALMAS GEMELAS.

Sonrió bajando la mirada. Como cuando te mueres por hacer algo qué sabes que te hace feliz, pero en el fondo no puedes hacerlo. Me apuntó con los ojos y respiró lentamente.
-Hugo, no puedo darte un beso, ni podemos irnos a dormir juntos -negó con la cabeza tratando de no perder la sonrisa- no fue lo qué acordamos.
- ¿Y? -me encogí de hombros- en el amor no siempre se puede hacer lo que acordamos.
Se rió, intentando aparentar seguridad. Pero creo que ni si quiera ella se estaba creyendo lo que estaba diciendo.
-Solo digo que me apetece ir poco poco, para no estropear las cosas antes de tiempo -me acarició la nuca durante apenas un segundo de la manera más cariñosa jamás inventada.
Había sido una buena respuesta, y yo tenía que cambiar de táctica. Sonreí y me estiré un poco hacia delante, para poder susurrar cómodamente en su oído.
- Dime que no quieres besarme -mi voz se quedó ahí, para los dos.
No se movió, pero el aire que salía de mi boca le hizo cosquillas en el cuello y tuvo que echarse un poquito hacia atrás con una sonrisa que en realidad habría valido como cualquier beso.
- Yo no he dicho eso -susurró- solo he dicho que no puedo.
Levanté las cejas y me mordí el labio.
- ¿Quiere decir eso que yo si que puedo besarte? -dije esta vez muy de frente.
Me aguantó la mirada. Y me encantó que lo hiciese.
- Quiere decir que hoy estás muy guapo, que he bebido un poco más de lo normal y que casi se me sale el corazón cuando me has susurrado en el oído, pero yo -matizó esa última palabra- yo no puedo besarte.
-Lo entiendo -asentí fingiendo que no había comprendido el mensaje subliminal de sus palabras, uno de tantos.
Y cuando quiso volver a hablar, pegué mis labios a los suyos y no la dejé escapar. Sostuve su cara entre mis manos y me concentré en el beso, tanto, que casi me dolía. Ella solo se ocupaba de mover los labios, y para mí fue suificiente. Y cuando creí que el aire se me acababa, me separé de ella sin dejar de sonreír.
-Creo que deberías irte...-suspiró- será lo mejor.
-¿A dónde? ¿Aquí? -acerqué mi boca a su hombro- ¿O aquí? - Y luego a su cuello.
No pudo evitar reírse, pero le dí una tregua y me separé.
-Vale -admití- te veré mañana ¿De acuerdo? -ella asintió mientras yo le apartaba el pelo de la cara- y pasado -puntualicé y volvió a asentir con la cabeza- y toda la vida.
Se quedó callada, sin moverse. Pero esta vez, fue ella la que antes de abrir la puerta del coche me dio un suave beso en los labios. No respiré y tras su sonrisa, menos todavía.
-Mañana eligo yo el sitio -me guiñó un ojo mientras abría la puerta de casa.
Me mordí los labios cuando la ví marcharse. Estaba, tan, tan, tan, enamorado que me costaría hasta explicarlo. Porque hay muchas formas de querer ¿Sabéis? , unas mejores que otras, más sanas, más grandes o más sinceras. Pero la mía, era posiblemente, la más arriesgada de todas.

Una semana después, irrumpí en su casa sin avisar, necesitaba verla. 
No llamé al timbre, me las había arreglado para conseguir unas llaves. Me paseé lentamente por el piso de abajo, buscándola sin mucho éxito. Escuché la ducha de fondo. Y la música, que con ella, esas dos cosas iban siempre unidas. El nuevo disco de Vanesa Martín retumbaba en cada habitación de la casa. Golpeé la puerta del baño con los nudillos en repetidas ocasiones.
-Malú, ¿Estás ahí? -acerqué el oído a la puerta pero no hubo respuesta.
La abrí lentamente, y una ola de vapor me hizo retroceder un par de pasos.
-¡ Hugo ! -chilló con fuerza mientras salía de la bañera tapándose con un albornoz- ¿Qué coño haces?
-Necesitaba verte -asentí sonríente.
-¿Y crees que eso te da derecho a colarte en mi baño y en mi casa sin avisar? -alzó la voz y se quedó quieta en el sitio- ¿Cómo has entrado?
- Digamos que tu madre siempre tiene una copia de tus llaves que está dispuesta a prestarme...-sostuve el llavero en el aire y lo moví suavemente.
-Dios....-suspiró con fuerza- ¿Mi madre sabe que has vuelto? Perfecto, me llamará en cinco minutos. -sonrió con ironía.
-Preciosa no te enfades, solo quería darte una sorpresa -di un par de pasos hacia ella y rocé su mejilla con los dedos.
-Hugo estoy desnuda, no es una buena sorpresa. -negó con la cabeza mientras buscaba una toalla con la que secarse el pelo.
-Cariño, creo que te he visto más veces desnuda que vestida -le guiñé un ojo y os juro, que la sonrisa que se le escapó me dio ganas de quitarle el albornoz de un momento a otro.
-Eso no tiene nada que ver, no eres mi novio, no tienes ningún derecho a verme así, y más ahora...-argumentó poniéndose tremendamente nerviosa.
-Para ser exactos actualmente soy tu marido -mostré una amplia sonrisa y antes de que le diese tiempo a replicar de nuevo, proseguí- de todas formas esta no es la sorpresa -levanté las cejas- vístete, nos vamos. -abrí la puerta del baño- bueno si quieres ir así- mis ojos la recorrieron con la seguridad de conocerla de sobra- no me opondré, tranquila.
-Eres imbécil -contestó medio riendo.
-Una cosa más -añadí antes de salir por la puerta- ¿Has cambiado de número? ¿Por qué no puedo llamarte?
-Sí, lo he cambiado -admitió mientras se desenredaba su larga melena mojada.
Saqué mi móvil del bolsillo y guardé uno a uno, los dígitos que fue enumerando.
-¿Seguro que este es tu número? ¿No me estarás tomando el pelo para librarte de mí? -pregunto con una irresistible sonrisa.
Ladea la cabeza muy despacio y sonríe alegremente.
-¿Por qué iba a hacer eso? Tan mal no me caes...-deja caer mientras se muerde la lengua.
Asiento muy despacio y la llamo desde mi teléfono, salta el buzón de voz y digo:
-Hola ,nena, soy yo. Te espero en el coche en diez minutos, ahora mismo estoy algo atontado mirando a una morena espectacular medio desnuda en el cuarto de baño.
Ella sonríe y tira de mí. Me acaricia la nuca y me besa en los labios con suavidad. Es un beso rápido, pero cuando se aparta de mí, aún sigo mordiéndome los labios en busca de más.
-Sal anda, que me quiero vestir- se ríe empujándome hacia atrás.
Adoro esa forma que tiene de dejarme con las ganas casi sin quererlo. Bueno no, en el fondo es lo que quiere desde el primer día.
Los diez minutos se convirtieron en media hora, y se subió al coche sonriente y encendiendo la radio.
-Va, ¿Cuál es la sorpresa? -golpea mi hombro levemente y me giro hacia ella.
-Si es sorpresa, no te lo puedo decir- me encojo de hombros y me río.
Frunce el ceño y se cruza de brazos. Sube el volumen de la radio y comienza tararear, dando palmas. Me río.
-¿Qué pasa, ahora vas a cantar para ignorarme? -le doy un codazo y ella sigue a lo suyo, cada vez más alto-  estás preciosa cuando cantas.
Hace un pequeño stop en su maravillosa interpretación y me mira levantando las cejas.
-Yo siempre estoy preciosa -dice acercándose a mi cuello.
Y cuando me voy a girar para robarle un beso, se aleja y sigue a lo suyo. Canta, lo vive, se mueve en el sillón, cómo si viviese un concierto en un estadio. Agita la cabeza y os juro que me vuelve loco, verla así.
-A todo esto...-ladea la cabeza hacia mí cómo si hubiese recordado algo-¿Tú no tenías un concierto esta noche? ¿No deberías estar en la prueba de sonido ya? -gira la muñeca mirando su reloj.
-Sí, lo tengo....-sonrío y chasqueo la lengua- de hecho....-suavizo la voz y la miro.
-No no no no....-abre mucho los ojos y se echa un poco hacia atrás.
-Pero si no sabes todavía lo que te voy a decir...-me río mientras apago la radio.
-Sí lo sé, vas a pedirme que cante contigo, y no hemos ensayado nada -habla muy rápido y traga saliva- ni se te ocurra pedírmelo.
De verdad que me asusta que consiga entenderme tan bien, sin apenas decir nada.
-¿Ahora de repente tienes miedo escénico? -pregunto haciendo una mueca de burla- venga, si además te dejo elegir canción.
Me mira y hace una mueca de desaprovación. Suspira y mira hacia los lados indecisa.
-¿Seguro que me dejas elegir? -hace una media sonrisa y se muerde las uñas.
-Segurísimo.-asiento con rápidez- venga cariño, solo hemos cantado una vez juntos, me hace ilusión que estés en mi concierto...-aparco el coche en el parking del inmenso auditorio y le acaricio la pierna, poniéndole ojitos.
Levanto las cejas y sonrío con lentitud mirándole a los ojos. Si os digo que no lo hago para que se derrita, estaría mintiendo.
Estira la mano pasa sus dedos colocándome un mechón de pelo que se escapa de mi tupé. Pero juraría que se entretiene de más, entre caricia y caricia.
-Estás más guapo últimamente ¿Lo sabías? -se muerde el labio y me sujeta la barbilla unos segundos, para apartarse definitivamente con una sonrisa- cantaremos Ni un segundo, y no es negociable.
Respiro aliviado y le planto un beso en los labios. No se lo espera  y tiene que separarse unos segundos para tomar aire. Pone muchas ganas en el beso, más de las que esperaba. Y nos separamos como queriendo seguir ahí el resto del día.
Apenas nos hace falta ensayar, con ella sale todo a la primera. La cantamos tres veces y es suficiente, aunque quiere arreglar y matizar mil cosas, pero trato de convencerla de que suena genial.
Unas ocho mil personas nos verán esta noche, y creo que es uno de los conciertos en los que los nervios me comen por dentro con mayor dureza. A ella no, ella ojea su móvil en el sofá del camerino sin mayor nerviosismo. De hecho, creo que hasta se ríe de mí por dentro, porque las piernas me tiemblan un poco y llevo sudando media hora. Me despide con un suave beso en los labios y con un "nos vemos en un rato".
Disfruto todas y cada una de las canciones, el público está entregado y ya antes de cantar con ella, creo que es el mejor concierto de mi vida. Cuando llega nuestra canción, el corazón me bombea a mil por hora.
-Bueno....-comienzo a hablar entre el griterío de la gente- hubo un tiempo en el que yo, no creía en el amor, ni en la felicidad, ni en ninguna de esas tonterías..-el público se queda callado para escucharme- no pensaba que alguien pudiese llegar a darte todas esas cosas juntas, pero ocurre.-hago una pausa y trago saliva- ocurre que aparecen personas especiales que te enseñan a vivir en vez de ver la vida pasar...-miro a la gente y me mojo los labios- y en esa pequeña diferencia se esconde todo lo que nos hace felices. Por eso, Madrid, esta noche, para mí es un inmenso placer presentaros a una de esas personas...-el barullo aumenta- con todos vosotros, alguien tremendamente especial en todos los sentidos...., ¡Malú!

La gente se vuelve loca. Literalmente. Ella sale sonriente por un lateral del escenario, le tiendo una mano y me abraza con fuerza.
-Buenas noches Madrid -susurra cogiendo el micrófono, sin dejar de rodearme la cintura- estoy feliz, de que un chico tan tan guapo me haya invitado a estar aquí hoy, ¿O no? -me mira a mí y segundos después al público.
Se ha hecho con la gente con apenas diez palabras. Se ríe y me planta un beso en la mejilla, acariciándome la nuca.- gracias...-susurra en mi oído. Y yo solo sonrío, pidiéndole a Dios, que se detenga en ese instante y lo repita en bucle toda la vida.

Comenzamos la canción cada uno con su pie de micro. Con rápidas miradas, cada uno concentrado en su estrofa. Pero, de repente, como si de un huracán se tratase, suelta el mircrófono y se gira por completo, para cantarme muy de frente, a los ojos. La imito inconscientemente y nos comemos con cada gesto que hacemos. Da unos pasos hacia mí, con decisión, y si su voz me revuelve por dentro, la manera en la que me mira, hace el resto. Cuando llega el estribillo, cantamos con decisión y el público lo hace con nosotros. Parece que hasta nos gritamos las palabras, porque nos representan, o porque estamos viviendo tanto este revoltijo emocional, de música y sensaciones, que lo soltamos todo así. Me coge de la mano y se acerca mucho a mi boca. Sonrío mientras le escucho, la oigo y la siento cantar a centímetros de mí. Es mi turno, tiro de su cintura y la obligo a poner su cabeza en mi cuello, lo hace encantada. Me olvido de todo, del público, de los focos e incluso de la música. Porque prácticamente le estoy cantando al oído, con sus brazos rodeándome y el mío sujetando con fuerza su cuerpo. Por un momento, me centro en sus labios, en sus gestos y en sus maneras. Canta con cariño, con dulzura y con tantas cosas que nunca alcanzaría a explicar. En momentos se arranca con un "¿Cómo? se dirige al público que responde encantado y canta de principio a fin las estrofas que a ella le apetece. Ese maravilloso instante, comienza a llegar a su fin. Cantamos cerquita, sin miedo a nada, agarrados, con las frentes en la del otro, y con los corazones repartidos a partes iguales. La miro de reojo cuando su voz suelta el último aire de magia, y la veo sonreír  como nunca. Que al final es como siempre.
No recuerdo aplausos como esos en ninguna otra actuación. Reímos y damos las gracias juntos. La gente lo vive incluso más y yo no puedo llegar a comprender como cantar con ella, sienta tan jodidamente bien.
-Bueno yo...-traga saliva y se dirige al público, sin separarse en absoluto de mí- yo quería añadir algo al discursito que ha dado el señorito antes de empezar...-lo deja caer y me mira de reojo, como pidiéndome aprobación para lo próximo que va a decir- sí es verdad que existen personas especiales, pero...-se moja los labios y sonríe mirando unos segundos al vacío- yo creo que muchas veces nos confundimos y pensamos que una de esas personas es con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo ¿no? -se ríe y el público está tan atento escuchándola que casi nadie sigue su risa- pero en realidad lo que hay que buscar es alguien que te saque todo lo que tienes reprimido, los miedos, los sueños...o que te haga volver la mirada hacia dentro para que puedas cambiar tu vida.- me mira muy fijamente y soltamos un suspiro al mismo tiempo. Tengo que apretar mucho los labios para que no se me note que tiemblo..- Por eso, esa persona, es seguramente la más importante que vayáis a conocer en vuestra vida, porque te tira abajo los muros y te despierta de un porrazo -sonríe y se pega todavía más a mi hombro, traga saliva y me mira delante de todos- y posiblemente yo, ya haya encontrado a la mía.

5 comentarios:

  1. ¿cuando el capitulo 64????? esta muy impaciente sigue asi me encanta tu novela y sobretodo porque engancha y porque habla de.....

    MALU¡¡¡¡

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  2. Ay ay ay ay, que me da algooo!!! Sigue por favoooor!!!

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  3. No suelo leer muchas novelas, pero ésta me tiene muy enganchado. Escribes de una forma increible, haciendo que seamos Hugo y sintamos lo mismo que él. De verdad, enhorabuena, porque me encanta!

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  4. Por favorrrr ???sube pronto me muero de la intriga.......

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  5. Dios!!! QUEREMOS EL 64 YA!!!! Que preciosidad!!!! Me encanta!!!!

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