Habré explicado mil y una veces cómo el tiempo se para con ella. Cuándo ríe, cuando sonríe, cuando me pide un beso, o cuando hacemos el amor. Pero jamás he sentido un vacío temporal más grande que aquella noche, cuándo le pedí que se casara conmigo. Y toda la valentía que había sacado durante esa conversación se vino abajo durante un instante. Se ha quedado quieta. Como nunca antes, parece que incluso no respira. Sus ojos viajan desde los míos al anillo , una y otra vez. Y no quiero caerme de la nube en la qué estoy, esperando a qué me diga qué si, porque me parece que hace una noche preciosa para dejarse querer.
-Hugo...-abre la boca cómo queriendo decir tantas cosas y tras varios intentos no le sale la voz, irónico, verdad ?- esto es en serio ?-dice con los ojos muy abiertos y una sonrisa a medio camino.
-Es lo más en serio que te he dicho en mi vida nena -digo abriendo los brazos, con una gran sonrisa. Madrid parece quedarse pequeña para la emoción que llevo dentro en ese momento
-Te quiero -dice segura. Creo jamás un te quiero me ha sonado tan convincente. Y le brillan los ojos cómo queriendo sacar a través de ellos las palabras que no le salen por la boca.- pero voy a irme -afirma con una lágrima deslizándose tímidamente por su rostro- voy a irme a México Hugo, porque creo que si no lo hago voy a estar engañándome a mi misma...-toma aire y continúa- y te juro que te quiero más que a nadie- pronuncia lentamente mientras coloca su mano en mi brazo- pero no puedo casarme contigo si eso supone tener que dejarlo todo....-respira fuerte mientras pasa la lengua por sus labios.
-Malú no me has entendido....-digo rozando su mejilla- no quiero casarme contigo para asegurarme de qué te quedes a mi lado, quiero que vayas y te hagas más grande que nadie...-río por dentro después de decir eso, cómo si se pudiese ser más grande qué ella.- quiero casarme contigo porque no puedo imaginarme mi vida sin tí -recalco la última palabra con todo el amor del qué soy capaz, aunque en realidad me sobra- y no sé que va a pasar en un año, o si esto será fácil, pero no me importa en absoluto porque tú vales demasiado la pena...-mi mano se ajusta despacio a su cintura- nena eres el amor de mi vida...-intenta decir algo pero coloco mi dedo en su boca suavemente- shh déjame acabar....-sonrío- y quiero compartir todo contigo, lo bueno y lo no tan bueno, quiero que estemos juntos, aquí o en el fin del mundo, porque tú eres mi fin del mundo...-la acerco más a mí, no se mueve, simplemente me mira más atenta que nunca- y cariño, me da igual si existen o no los putos finales felices porque yo me conformo con historias a tu lado...-suelto todo el aire que he cogido durante el discurso y lo suelto demasiado cerca de su boca.- así que, qué me dices ? Me harías el increíble honor de quedarte conmigo toda la vida ?- vuelvo a mostrarle el anillo. Se ha quedado callada. No sé si bloqueada por toda la información que acaba de recibir o yo que sé, intentar saber lo que piensa nunca se me ha dado demasiado bien. Abre la boca y coge aire muy muy lentamente mientras una sonrisa se dibuja en sus labios.
-Yo...yo....-mira al suelo unos instantes y levanta la mirada para matarme a traición con esos ojos que parecen haber vivido demasiado- sí amor, quiero casarme contigo -acaba la frase con una sonrisa que no tarda en hacerme reír y a ella también, muy suave. Anuda sus brazos a mi cuello y se acerca tanto a mi que no distingo otro aroma que no sea el suyo. Nuestras frente se pegan y sus ojos quedan a quemarropa de los míos. Los dos agachamos un poco la cabeza. Respiramos al compás.- te amo -dice casi en mi boca. Lo ha vuelto a hacer. Ha dicho que me ama y se ha quedado callada. Y tiemblo, porque no hay mayor responsabilidad en el mundo qué enfrentarte a alguien que te lo dice todo en dos palabras. Como de costumbre me cuesta contestar, y tengo tanto amor corriendo por mi cuerpo sin ningún control que poco puedo ya pronunciar.
-Y yo a ti...-digo en un suspiro, la voz me tiembla al decirlo y no encuentro mejor refugio que su boca. Aparto un poco su pelo y la beso. Y lo hago lentamente y sincronizando nuestras respiraciones , que es como se besa. Y aquella noche tiene los labios pintados de todos los besos que me quedan por darle. Mis manos se colocan en la curva perfecta de su cintura, esa qué he visitado tantas veces.
Poco después recorremos la carretera subidos en mi moto. Con el viento de frente y sus brazos en mi espalda, buena combinación, no ? Hoy no me ha costado nada convencerla de qué se suba conmigo."Vámonos" me ha dicho riendo, "Vámonos lejos" y yo lo único que he podido hacer ha sido subirla en mi moto y buscar un sitio de Madrid que no se nos quede tan pequeño. Aunque en el fondo hoy todo me parece pequeño, inútil, sin importancia... Como cuando conoces a alguien y lo comparas con el resto del mundo y así de un plumazo todo lo anterior conocido y vivido se queda en nada. Asi me pasó con ella.
Bastante tiempo después llegamos a las afueras de la ciudad, casi a la montaña. No sé qué hora es ya, pero no me importa, la opción de ver amanecer con ella me parece la mejor. La carretera comienza a ser empinada y a los lados se dibujan grandes precipicios. La oscuridad no permite ver mucho más allá. Aparco mi moto en un mirador cercano. La única luz que hay es la de los faros de la moto. A un lado hay montañas y al otro, la inmensa Madrid se levanta ante nosotros.
Bajo primero de un salto y cuando ella va a hacer lo mismo, agarro su cintura y la levanto rápidamente. Pasa una mano por mis hombros y se agarra fuerte.
-Hugo estás loco ? Qué haces ? -dice riendo mientras, aún en la misma posición la llevo hasta la barandilla de madera que rodea la pequeña explanada en la que estamos. Se sienta un poco con miedo. A sus pies baja un precipicio infinito. La agarro por detrás, el poste en el qué esta subida no es demasiado alto y su cabeza sigue llegando solo por mis hombros. Se apoya en ellos recostándose. Me muevo un poco y me coloco a su lado. Estira su brazo para acariciar mi nuca y suspira mordiendo sus labios.- tenemos un plan ?-dice rompiendo el silencio que se había creado entre su boca y la mía.
-Ninguno la verdad...-suelto una leve risa y la miro-cuándo te vas ?- pregunto. Convenciéndome a mí mismo de no temer la respuesta.
-En tres días...-dice muy bajito. Vuelve a recorrer mi nuca con su dedo, pero esta vez lo lleva por mi mejilla, hasta mi boca y la acaricia antes de besarla. No me espero el beso. Pero sus labios, dulces y divertidos, rozan los míos lentamente y se despegan igual de despacio, como dejando huella. Tomo una bocanada de aire al terminar, me ha dejado un poco descolocado.-lo siento -dice riendo junto a mis labios- pero es que los voy a echar tanto de menos...
-Iré a verte, te lo prometo -digo seguro, acariciando su pelo. Inventa una media sonrisa como puede y mira al horizonte. Y creo que en ese instante, en el que nos obligamos a separarnos, nos estamos matando de una forma demasiado bonita. Pero yo por lo menos, no tengo ningún problema en morir así.
-Hugo escúchame....-apoya su mano en mi brazo y se da la vuelta dándole la espalda al paisaje, mejorándolo todavía más. Agarro sus piernas dulcemente y las acaricio en círculos.- no quiero que dejes de hacer nada porque yo esté en la otra punta del mundo...-traga saliva intentando explicarse bien- haz tu vida, llámame todos los días y échame de menos todo lo qué tu quieras...-sonríe un momento e intentando recobrar la seriedad continúa- pero ni se te ocurra dejar tu carrera de lado ni un sólo segundo, por favor...-no puedo evitar morder mi labio inferior con fuerza al escucharla hablar así- prefiero que no vengas a verme...
-Cariño, sabes que no me puedes pedir eso...-digo cerrando los ojos un instante buscando la calma que minutos antes me había invadido.
-Amor, es lo mejor...-coloca mi flequillo hacia arriba, con ternura y ladea la cabeza esperando a qué mi cuerpo se destense y le de la razón. Me pone ojitos y por primera vez en mi vida, me resisto.
-No -digo seguro, sin pestañear- no es lo mejor y lo sabes...-abre mucho los ojos y suspira- no pretendas qué te abandone durante un año, porque no lo vas a conseguir...-lo digo muy serio. Tan serio que ni si quiera se lo espera.
-Hugo no pretendo eso pero...-la callo con un beso. Sé lo que le molesta que no la deje terminar las frases pero esa noche me da igual. Intenta con todas sus fuerzas separarse de mis labios, pero no lo consigue. Tomo su rostro entre mis manos y de la fuerza que incluyo en el beso se tambalea un poco y se echa hacia delante, quedándose de pie junto a mí. Agarro su espalda con decisión intentando hacerla cambiar de opinión, pongo más ganas en ese beso que en ningún otro. Y cuando se separa de mí, parece no acordarse ni de su nombre. Me suele pasar a mí también.- no tienes miedo ? -dice reflejándose en mis ojos. Frunzo el ceño sin entender muy bien a qué se refiere.-miedo a qué nos olvidemos el uno al otro, no sé, a no querernos de la misma manera dentro de un año...-Quiero reírme tras esa frase. De hecho lo hago. Y le asombra mi tranquilidad, le asombra que no siente el vértigo que siente ella ante una relación a distancia. Pero es que a mí ya no me impresiona nada excepto ella.
-Creo que...-interrumpo mi frase con una sonrisa- creo que está bastante demostrado que no sabemos olvidarnos no ? -asiente ríendo tímidamente - te quiero -mi declaración de amor interrumpe el perfecto sonido de su risa- te quiero cómo nunca pensé qué se podía querer a alguien y si tú sientes lo mismo... no sé cariño, es que ahora mismo, creo que somos invencibles...-reímos juntos tras mis tonterías. Y lo prolongamos un rato más, delante de esa noche que parece dibujada para los dos. No sé como consigue que el tiempo pase tan rápido a su lado, será cosa de sus labios supongo.
Cuando el sol comenzaba ya a salir por el horizonte dijo una de esas frases que creo que recordaré toda mi vida. Jamás olvidé ese momento.
-Sabes ?-dice apoyada en mi pecho- quiero casarme en la playa, al lado del mar....-hace una breve pausa y piensa unos segundos- y quiero que tus sobrinos lleven las arras, estaría genial no crees ?-dice ilusionada. Yo solo asiento maravillado mientras ella sigue hablando- y mi padre me llevará al altar por supuesto....dios Hugo y sabes qué podemos hacer ?-levanto las cejas únicamente porque no puedo ni hablar- irnos de viaje a Nueva York, siempre he querido estar allí....sí -afirma segura- iremos a Nueva York, solo nosotros , durante un mes, tú qué opinas ?-pregunta divertida.
-A mí con que me des el sí quiero, me vale...-me encojo de hombros y la beso. Ríe y vuelve a besarme Y cuando una idea cruza rápidamente por su mente se separa de mis labios.
-Hugo...-muerde su labio sin aguantar la emoción- nos casaremos en Barcelona , en nuestra playa....-a cada palabra, su sonrisa se hace más grande. Y más inmensa. Y más bonita. Y yo me siento el hombre más afortunado del mundo antes de tiempo. No recuerdo cuantas horas más pasamos hablando de ese tema durante aquel día, bueno yo simplemente la escuchaba. Y así, pensando en que un día se casaría conmigo, se me olvidó todo por completo, la distancia, el tiempo, todo en general.
Se marchó tres días después, sin qué apenas nos diese tiempo a despedirnos. La eché de menos cómo jamás lo había hecho durante exactamente un año. Y la quise como a nadie, exactamente el mismo tiempo.
Me a encantado en capitulo
ResponderEliminarincreible, el siguiente cuanto antes x faaaaaaa ;)
ResponderEliminar