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domingo, 6 de abril de 2014

CAPITULO 44. PROBLEMA DE QUERERTE

No podía verle la cara, pero noté de inmediato su nerviosismo. Aunque ella era de las que oculta estas cosas, conmigo nunca lo conseguía. Sus manos todavía agarradas a mi cuerpo, se separaron rápidamente. Pasó varios segundos mirándole simplemente. Dani estaba quieto, de brazos cruzados , apoyado en su coche en frente de nuestra casa. Si algo me apetecía en ese momento era bajarme de la moto y partirle la cara. Quizás el antiguo Hugo lo habría hecho, pero este no. Esperé a que ella reaccionase primero, porque yo no entendía absolutamente nada. Giré un poco el cuerpo para mirarla, estaba bloqueada por verle, demasiado. Y supongo que por un instante tuve miedo de qué siguiese sintiendo cosas al tenerle delante, pero por otro lado, tenía ya demasiado claro lo que me quería. No perdió mucho más tiempo, bajó de la moto de un pequeño salto y caminó hacía él. Apenas estaban a unos metros de mí, podía oírlos perfectamente.
-Qué haces aquí ? Te dije que me llamases, no que vinieses a mi casa..-su tono de voz era firme, segura de lo que decía. Solté el manillar de la moto por primera vez al oír esas palabras, por qué tenía que llamarla ? por qué yo no sabía nada ?
-Tranquilízate, he venido porque no me cogías el teléfono...-lo dijo tranquilo, acarició su hombro durante un instante y yo tuve que buscar demasiadas razones donde no las había para aguantarme las ganas de ir a explicarle un par de cosas. Ella dio un paso hacia atrás marcando distancias porque sabía que yo estaba lo suficientemente cerca como para apreciar cada gesto de esa conversación.-se lo has dicho ya ?-hizo un gesto con la cabeza señalándome. No escuché lo que dijo ella, quizás lo hizo en un susurro demasiado bajo como para que yo la oyese, pero su movimiento con la cabeza la delató.
-Dani, vete vale ?- alzó demasiado la voz, se giró un poco para mirarme y volviéndose a dirigir a él, dijo- ya hablaremos cuando decida lo qué voy a hacer...-se despidió con dos  fríos besos y volvió hacia casa. Bajé la mirada cuando se acercaba, intentando disimular. Pero pasó de largo hacia el interior del hogar, estaba cabreada o nerviosa, fuera de sí. Subió las escaleras demasiado rápido y conseguí enganchar su brazo cuando entró en nuestro cuarto, en busca de calma .
-Ei -dije sin soltar su mano-me vas a contar qué coño está pasando ? -su ceño fruncido y mirada tensa, se relajaron al encontrarse con la mía. Le cambió la cara y ladeó la cabeza cerrando los ojos un instante.
-Lo siento amor, me he puesto nerviosa....-tragó saliva y acarició mi mejilla cariñosamente. Bajó la mirada y me abrazó sin decir nada. Apoyó su cabeza en mi pecho y sus brazos rodearon mi torso cómo queriendo buscar un lugar en el mundo más tranquilo que en el que ella estaba . Comenzaba a volverme loco y aún sin entender nada, porque a veces no hace falta hacerlo, la estreché entre mis brazos con fuerza, acariciando su espalda con un movimiento rítmico , de arriba a abajo, despacio y suave. Como queriendo transmitirle todo con cada caricia. Abrazar siempre ha sido una de las cosas más fáciles que hay, solo tienes que abrir los brazos y dejar que la otra persona encuentre refugio en ellos y es lo mejor no ? porque al tiempo que tu curas al otro, hacen lo mismo contigo.
-Hugo tengo que decirte una cosa...-dijo susurrando en mis brazos. Nos separamos y busqué su mirada sin descanso, intentando adivinar que pasaba, pero se dejó caer en la cama evitando encontrarse con mis ojos. Me senté al borde del colchón esperando una explicación, estaba callado no quería decir nada que la pusiese todavía más nerviosa- Por favor no finjas que no has escuchado nada de lo que ha pasado, lo odio...-su posterior suspiro inundó el ambiente,
-Por qué ha vuelto ?  -busqué toda la tranquilidad posible para pronunciar esa pregunta aunque temiese más que nada la respuesta.
-Estuve con Dani apenas dos meses después de dejarlo contigo...-habló directa, demasiado y ante mi expresión de desconcierto, matizó- Hugo estoy intentando empezar desde el principio- simplemente asentí, dejándola continuar- durante esos dos meses yo había comenzado a tomar una decisión, una decisión importante en mi vida y sobretodo en mi carrera..., Dani me ayudó mucho con ese tema pero incluso después de acabar con él, seguía teniendo las cosas muy claras...-tomó aire como buscando alguna escapatoria a lo siguiente que iba a decir- por eso me tomé esas semanas para pensar y por eso fui a buscarte a Barcelona cariño....-su voz, ya rota desde hace un rato,no le dejaba hablar sin emocionarse- y supongo que dejé todo a un lado por nosotros durante estas semanas pero ya no puedo ignorarlo más...-se incoporó , se sentó más cerca de mí y añadió su mirada al cóctel de cosas que estaba soltando aquella noche. Y yo comenzaba a no poder más, os juro que mi cerebro estaba en un continuo shock, sin comprender nada.- por eso Dani ha vuelto, porque necesitaba que me ayudase, cómo amigo..-concretó- y siento no haberme apoyado en tí amor, pero es que tengo miedo de que esto...-cogí sus manos rápidamente haciéndola callar. Me miró durante un instante asustada y escondió su primera lágrima.
-Malú, de qué decisión me estás hablando ?- lo dije más bajo de lo que pretendía, pero supongo que no me salió voz suficiente.
-Hugo....-apretó mis manos todavía con más fuerza- me voy a vivir a México un año....-dice todo lo serena que puede. Me late el corazón demasiado deprisa y el mundo parece caerse para mí, en ese instante. Y cada segundo que pasa suelto un poco más sus manos y me alejo de ella hasta quedarme de pie, con los brazos en mi cintura. Desconcertado, perdido.
-Y...y cuándo pensabas contármelo ? Y después de todo vas a irte, así ? sin más ? Por qué ? -alcé la voz y la miré todo lo fijamente que pude. Esperando por una vez, ganarle la batalla a sus ojos.
-Hugo escúchame -se levantó de la cama. Cada uno estábamos hablando a un extremo del colchón, sin saber muy bien qué hacer -me lo ofrecieron hace meses, cuando lo dejamos, tengo muchos proyectos allí y no sé....-hablaba rápido y de repente tenía que buscar las palabras que le ayudasen a explicarse- creo que es lo mejor para mi carrera, una oportunidad que no puedo desaprovechar, es todo lo que siempre he soñado...-acabó con un nudo en la garganta más grande que el qué tenía al empezar.
- Y para nosotros ? Es también lo mejor para nosotros ? -gesticulé con los brazos, estaba casi gritando. La conversación subía de tono a cada frase- pretendes que deje todo y te siga al otro lado del mundo ?
- Hugo por favor...yo jamás te pediría eso, lo sabes de sobra...-cerró los ojos un segundo y respiró hondo, las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos sin ningún control.
-Entonces qué ? Me quedo aquí y te echo de menos durante un año ? Cómo un gilipollas ? Esperándote todos los días, porque tú no puedes desaprovechar esta oportunidad...-mis preguntas estaban impregnadas de un tono irónico que a ella no pareció gustarle nada.
-No te importa una mierda lo que yo quiera  ?- su mirada tras esa frase llevaba algo que yo no había encontrado nunca en ella, desprecio, desilusión.- he sacrificado toda mi vida por mi carrera, por la vida que tengo....no puedes entender qué necesito hacer esto ?
-Ese es tu puto problema, que tu carrera siempre ha ido por delante y lo demás siempre ha sido secundario- no sabía lo qué estaba diciendo. No tenía demasiado control sobre mis palabras. Me movía el simple hecho de que la quería y como tantas veces, iba a perderla de nuevo- incluso lo nuestro.... y no lo soporto, tú para mi siempre irás primero que todo, incluso que el trabajo, no entiendo como...-me interrumpió sin pensárselo dos veces.
-Yo no soy cómo tú joder , nunca lo he sido !- me gritó esa frase, literalmente. Con toda la rabia acumulada y entre llantos. Y nos quedamos los dos en silencio todo el tiempo que ese grito tardó en desaparecer del ambiente.- solo te pido que intentes entender que esto es lo qué quiero hacer..
-Bien...-dije bajando la mirada y buscando fuerzas de donde ya no las había- entonces, cuál es tu plan ? Lo sabes ? -se quedó callada, secando sus lágrimas inútilmente.
-Sé que te quiero...- dijo bajito ladeando la cabeza, intentando devolver la calma a la situación- Hugo, quiero compartir mi vida contigo, hoy ,mañana y siempre, igual no de la manera que nos gustaría pero no puedo ofrecerte más qué esto...-abrió los brazos y los dejó caer.
-Créeme....-aclaré mi voz antes de continuar-creéme si te digo que eres lo que más quiero...-los dos nos acercamos inconscientemente , quedando a apenas un metro de distancia- pero no sé si voy a poder soportarlo, no sé si podremos hacer que funcione...-bajé la cabeza no quería mirarla- lo siento nena, pero no lo sé y....-pasé una mano por mi pelo y solté todo el aire que me había quedado dentro.
-Hugo yo....-da un paso más hacía mí- yo no quiero perderte...-tengo separarme un poco porque sé que tenerla tan cerca no es compatible con intentar pensar en una solución. Y pienso en tantas cosas importantes que me gustaría decirle en ese momento, pero ninguna arregla mi problema. No sé que hacer, no lo sé. Es de esos momentos en los que buscas e intentas no encontrar ninguna razón que te impida hacer lo que realmente quieres. Pero el problema es cuando las encuentras, e intentas olvidarlas, apartarlas de tu mente y no lo consigues. Y así es como acabamos confundidos y esperamos y perdemos trenes.
-Necesito pensar...-me muevo hacia atrás sin dejar de mirarla y cuando estoy a punto de girarme agarra mi brazo con fuerza- Malú por favor no hagas esto, y....puede que te llame mañana...- y con la voz rota y las palabras cortadas intento convencerme a mi mismo que tengo que salir de allí aunque lo más apetecible sería quedarme con ella. Abrazarla. Besarla. Decirle que todo nos va a salir bien. El puto problema es que no creo que sea lo correcto.
-Amor....-el alma se me hace añicos al escucharla llamarme así en esos momentos. Me giro levemente y la veo pasar su lengua por encima del labio superior, frenando una lágrima que, valiente, pretendía llegar a su boca.- lo siento.- No contesto .Simplemente asiento, me acerco y suavemente beso su frente acariciando su pelo y sin más salgo de allí. Estoy frustrado, me siento impotente, creo que por primera vez me marcho sin estar enfadado con ella, o quizás si, no lo sé. Enciendo la moto y salgo disparado. Acelero y vuelvo a acelerar. Porque la velocidad parece ser la única cura y la única evasión que encuentro en ese instante. Y por un momento me gustaría vivir acelerando toda mi vida, perdido, sin encontrarme. En realidad lo estoy, perdido, demasiado. Y quiero mandar a la mierda los problemas, porque creerme que los hay. El problema es que la quiero, la quiero tanto... y si , es un problema, cuando a veces, querer no es suficiente.

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